lunes, 30 de noviembre de 2009

Reflexión de fin de año

Siempre, al iniciar un nuevo año debemos dedicar un tiempo a revisar nuestras acciones y así poder poder discernir si se llegó a cumplir objetivos planteados.
Para ello debo observar, en primer lugar actitudes tanto de los jóvenes como de quienes tenemos el compromiso de acompañarlos y conducirlos. Muchas veces nos confundimos en las reacciones, dejando que la irreflexión nos marque el camino: esto desestabiliza al estudiante que ya se encuentra confundido por carencias afectivas o de otra índole. No se si reparamos en el daño que se hace a los demás. Indudablemente todos tenemos una carga emocional que tiene relación con nuestras vivencias fuera del lugar de trabajo: incomprensiones, falta de apoyo, irrespetos y una larga lista que involucra a la familia y todo lo relacionado con el medio que nos rodea hasta llegar al establecimiento.
Pero eso es nuestro bagaje, no podemos trasladarlo a otros que, en este caso son los mas vulnerables. Hacia ellos sólo podemos volcar lo positivo, lo que los va a ayudar a crecer, lo que les va a devolver la credibilidad en los adultos, aquello que les va a abrir ventanas de esperanza que le permita creer en el mañana.
Somos llamados a ser profetas de esperanza siendo leales a nuestros principios y transparentes en nuestros actuares. Auténticamente cristianos.

jueves, 8 de octubre de 2009

viernes, 2 de octubre de 2009

Cerca del final

Es un vago recuerdo el primer dia de Sexto Curso, cuando trataba de conocer a mis nuevos (viejos) estudiantes, de quienes me habían hablado maravillas.
Me acordaré de cada uno de sus nombres algún día? me preguntaba asustada, porque eso mediría mi grado de Alzhaimer, no en vano pasan los años.
Estaba fascinada por el favor que me habían hecho mis compañeros y lo que ellos habían procesado: "la Miss Adelaida es una bruja". Todos quietos, todos callados, me miraban y escuchaban las primeras consignas: "nos vamos a respetar....", "la Tutoría no es para solapar a nadie...", "las puertas están siempre abiertas para escucharlos...". Para mis adentros les decía que mi corazón también. Se convierten en mis hijos este año, y yo a mis hijos los adoro (aunque no siempre se porten bien).
Este era mi reto este año. Cada día lo disfruto plenamente. Me preocupa enormemente el futuro de mis chicos, mas allá de sus resultados académicos. Algunos tienen calificaciones fantásticas pero no sueltan sus sentimientos, se cohiben, están atados por pre-conceptos. Al otro extremo están los que se manifiestan demasiado, no se controlan, bromean cuando les place, gritan, se levantan, circulan de un lugar a otro.
En ese punto aparece Dios que me dice: "tu no eres Dios para hacerlo todo" "Confía!"
Confiaré. Hasta verlos realizados, los voy a seguir queriendo mucho...!